Diario de Adán (27)

Capacitados por una increíble densidad se fueron relajando las nuevas avenidas que tendrían que cruzar, un sueño detenido en el alero de la materia informe que lo secunda, entendiendo que no hay más que el silencio en la partida de la humildad, cabeceando señales ignatas en el estero de su promiscuidad. Rayos, centellas, un grave caleidoscopio de arterias degolladas al final de su propia traición.


(Próximo capítulo de larga extensión del Diario de Adán)


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