Diario de Adán (20)

Miró muy de cerca y fue dando vueltas su mirada alrededor de las luces y la música estruendosa como en una máquina de sueños, los años habían pasado por las calles a un ritmo vertiginoso y ninguno de los dos podía conservar un día en su memoria. Eran río y agua, sustancia indeterminada en su propio cauce. Al alero de nuevas dudas abrió más sus ojos y sintió latir su corazón con ímpetu infantil. Joven y arrogante como era dio un paso hacia delante y levantó su brazo para saludar, cuando ella lo miró fijamente a la distancia como dos estatuas detenidas en la misma calzada se difuminaron y se reconocieron bajo la luz estroboscópica. Le sonrío. Si en alguna parte de sus destinos volvieron a juntar las hebras de aquella madeja fue en ese momento, ella entendía que los motivos de sus continuos viajes por el desierto eran un asunto de trabajo, aunque nunca le perdonaría el haber olvidado su cumpleaños. Inquieta como siempre con sus dedos empezó a juguetear con su pequeña falda, miró hacia donde estaba y levantó su otra mano, mientras se acercaba su corazón comenzaba a desfaceller, a cada paso un retumbar de gigantes impactaba su cráneo, no lo quería cerca, es decir, sí, pero no ahora, no hoy, no en este momento, había tomado las riendas de su vida, se alzaba orgullosa en sus pequeñas victorias, hasta cocinar un Kuchen la llenaba de felicidad, pero en esa fibra molestosa del deseo, el amor, la preocupación, los celos, y el delirio, solo la amenazaba, "¿y qué si soy Lilith?" -se decía. Con los ojos cansados miró el piso manchado por charcos de luces distintas y cambiantes. En unos segundos él estaba a su lado mirando también el piso.

- No voy a rendirme, no me rendiré, cosecharé y viviré, algún día entenderé todo esto, es inútil que intente olvidar, no puedo.

-Sólo palabras y más palabras desde el principio, y con ellas mismas te convencí.

-Adán no entendería soy demasiado frágil.

-Adán, ¿Adán?, ¿Aún te preocupas por ese tipo?... 

Leslie Rosique


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