Bilocación de una mujer (2) -LOS POETAS GRISES- fragmento

 -¿Por qué? no entiendo ¿Cuál es la diferencia? Estoy tan lejos y nunca me he preocupado por la Poesía, menos por la humanidad y las ideas, soy una más, trabajo, vivo como puedo, ahora apareces así, no es justo ¿por qué yo? ¿por qué?

-¡Ja! Toda esa perorata por nada. Podrías soñar con Morgana o Michael, Paulina o cualquiera porque al final de cuentas, tú como mi personaje y ellos soy yo. ¿Sabías que si ves o escuchas a tu doble mueres? Ve a Nerval, a Duprey. Es una leyenda nórdica. Imagina que un día te encuentras contigo en una tienda de espejos, morirás tantas veces como Rasputín, ¡ah, si pudieras entenderme! no se trata de tus decisiones sino del resultado de ellas, y tú, bueno, tú me elegiste –me dijo bajando la voz con 

pausas, parecía que lo afectaba declarar su incompetencia.-

-Aceptemos eso. Si es mi sueño, tengo plena libertad.

-Espera –interrumpió fijando los ojos en el suelo y con un pie  pateó una piedra, se pasó la mano por el cabello, respiró– Es  triste pero no puedo aceptar que tú eres el que sueña. No. –Repasó sus palabras haciendo una mueca- el sueño puede  soñarte, es mejor callar.

-Me parece una idiotez… y bla, bla, bla,…

Nuestra conversación después se volvía estúpida, tanta filosofía y  esa diarrea conceptual. Idioteces. Usamos tres veces la palabra “ano” y  unas doce “sueño”, también se pronunció a Bolgakov, a Breton y 

Virgilio, “Margarita” “Bucólicas”, el nombre “Nadja” fue usado siete  veces. Todas esas palabras fueron dichas en el trayecto al burdel  onírico, una casa de aparentes dos pisos (ciento cincuenta en total, la  fachada era mitómana) por fuera, parecía de un concreto muy claro y  débil más al entrar todo el edificio era de cristal, se veían cientos de  habitaciones con personas follando en todas las posiciones llevando a  cabo un millar de perversiones. El gushing formaba una orquesta, el gang-bang un disturbio al libido. El semen bajaba hasta el sótano por  cañerías transparentes, allí lo guardaban para preñar a las prostitutas  más viejas y así mantener la raza, una vez recolectado se introducía en  cámaras de feminización (un invento lésbico de Paulina) a cierta hora o por cantidad, funcionaba de maravilla.