LIBRO LENGUA DE FUEGO (penúltimo post)
La poética se ensalza en el fuego mismo de la misteriosa ciudad que en su propio emblema muestra las lenguas de fuego que la consumieron en su primera fundación. La lengua es el órgano con el cual se empieza a gestar la heroica marcha de la Poesía, la lengua sana, da vida y mata, y hiere, esto en combinación con lo poderoso y destructivo del fuego envuelve la palabra en poder, es en si una poética de lo ígneo como demuestra Bachelard en uno de sus textos, no es de extrañar que en La serena se muestre nuevamente nuestro amante rojo con los múltiples incendios que han ocurrido en el casco histórico.
La Poesía de la
vanguardia desde los años 20 en adelante se ha manifestado de maneras erráticas
y siempre en un vaivén en la búsqueda de lo nuevo dejando atrás los retazos de
la antigualla poética-estética. Nace nuevamente el fuego y se posiciona en la
cúspide de los elementos, sea la bomba atómica con radiación, sea en las
marchas de los ciudadanos descontentos, sea en la batalla mapuche, terrena
indigenista vuelve a aparecer el fuego; y la lengua se desata en todo ámbito
humano pues es en la lengua donde el hombre vive su existir, es en ella donde
demuestra sus aptitudes político-sociales.
Escribir bajo el influjo
de las fogatas o las estrellas candentes es un desafío de estructurarse y
reestructurarse en el continuo juego de la significación y las imágenes sin
dejar atrás lo fonético, un desafío para las antiguas y nuevas generaciones.
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