Otra despedida (del libro: Lengua de fuego)

 “Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.”
Jorge Luis Borges, Despedida.
 
Pedí al viento que regresaras con la lluvia
y no contestó si no la magia de los árboles
Pedí y rogué al cielo que volvieras con el sol
pero era demasiado tarde para los cometas
Y yo te vi por la cerradura
como un triángulo insatisfecho que desea ser más
Pedí al ocaso que abriera con su canto las mariposas
Pero el sonido de tu boca
Era la herida abierta en mi costado.
Tu despedida era mi herida y tu saludo una caricia,
Por las mañanas olía hierba fresca
Por las mañanas entonaba el canto
Mientras mi mano separaba las tuyas.
Entonces fui miserable como un insecto
Fui pequeño y ciego por las dudas y el error
Creí en el sol y la filosofía de la vida
Me creé cuentos de adjetivos y atributos
Un sombrero dejé volar para Werther.
Estaba alegre de poder seguir
Alegre por entonar las notas de un piano pasado
Pero las llamas en el fuego lo sabían
No había manera de engañarlas
Y devoraba mi piel blanca con su sangre
Y revoloteaban las aves encendidas
Mientras mi casa bailaba entre el humo
Porque escogí la locura antes que el fracaso
Elegí pedir al viento una mirada,
Un beso, un abrazo, una despedida por la mañana.

 (del libro: Lengua de fuego)

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