Muerte prematura (del libro: Lengua de fuego)
Mientras el sol aparecía por el ojo
la sombra se dividía en mil y un partes
la caja de música sonaba muda
y el viento mecía las hojas caídas.
dibujando teclas en un piano blanco
que emitía un leve canto de ave primaveral,
el baile de las cadenas era el baile de la azucena,
el rostro del niño el del anciano
y un recién nacido volvía a morir en vida
porque la vida lo había ordenado.
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