Arnaut, en su funeral (del libro: Lengua de fuego)

 
Si ben vauc por ab tot esdalh, 
mos pessamens lai vos assalh, 
qu'ieu chan e valh 
pel joi que'ns fim 
lai o'ns partim, 
Don Soven l'uelh me muelha
mos pessamens lai vos assalh, 
qu'ieu chan e valh 
pel joi que'ns fim 
lai o'ns partim, 
Don Soven l'uelh me muelha

Daniel Arnaut
 
Yo amo el sol renacer de la sangre
arrastrado por el suelo más que suficiente
Creería en que es niña ese Cupido
con el látigo nocturno hiriendo tigres
por cabellos, por sombras, por flechas y flechas
con las manos cruzadas sobre la cabeza.
¡Arriba! Esta estúpida niebla de seda en el viento,
esa maldita que no sabe abrir las puertas
¡Sal del palacio príncipe!
¡Aquí está la máscara roja!
Aquí el río de las heridas
Demofonte ¿quieres fuego?
ese es aquél”, no vibran los sueños
en el arpa sin cuerdas
El círculo de llamas en la niebla
Atrapa lágrimas resecas, dientes de león.
Cuando pequeño caí dos veces al agua roja,
Aprendí a respetar a padres, dioses, animales,
“Esta lluvia-dice Daniel- tiene agua de cadáver”
Todo está muerto, desnudamente muerto
en este muro como un nuevo mundo
deslizan, ahora, la mariposa de mierda
¡pero jamás tocarán!
Nunca tocarán el rubí palpitante
Así, llevaré entre el pecho tus vestidos,
Niebla, jade, mariposa de tabaco:
so weak, the gilded butterfly scarce perches on my head
Escarcha y oro y plata y fuego y humo
En la esquina Cordobés
Con las orejas de oso sangrando esperas
(caer en la trampa de los ojos afilados)
Alucina Clare, que no existen locos
en este maravilloso reptar por Himeneo,
¡porque hoy seré más que mañana!
Y reptar, reptar, en el hueco donde grita el mar
Símbolo de la tierra,
Donde los dientes a la manera de espuma
Tejen la cara de las ostras efímeras de la noche
Reptar por el faro, por tu cuerpo,
Junto al cañón
Porque eres tierra, la mano firmada,
Eres leche negra de viuda que ríe:
Entre sus dientes:
Dis, Fernando, sommes-nous bien loin de Montmartre
He cometido los actos más atroces
Tric-trac
¿Lo escuchas?
En un rincón el incesto ágil
Visita el bolsillo de mis pantalones,
Junto al polvo, el agua,
Mañana tras mañana
La quijada de los valles más abierta,
Y ustedes dos más vivos que yo muerto.
La música humana de las caderas es locura
Y su sentido: la veleta oxidada
Cayendo junto a la lengua reptante del cadáver,
Del niño
Del que duerme en el trono del silencio
Abucheado
No hay cosas a las cuales buscar
No hay inscripciones en la piedra
Yo, Daniel, iré a tu funeral
En que ángeles negros cuelguen del techo
Yo, siempre sentado en el surtidor
Desparramando semen, yo,
En tus zapatos sonreiré desde la tumba,
Tu funeral, y ya estaré más vivo
Tu ajedrez de loco a pastor,
Allí es el mismo muro de las muecas,
Tu funeral es el de todos los hombres
Sólo habrá la flor azul,
La flor del habla del poema
Porque muerto, muerto, un millar
De monedas harán de la sombra
La sonrisa.
No.
Y ella diga:
“Fingías no verme cuando a solas pedía”
O
“Aquel Herman, hoy destronado
Que vaga en los pozos de la demencia
Sosteniendo la fotografía desnuda
De familiares luminosos de negro
No ve, este,
Mi rostro igual que el suyo
Buscando un lugar para dormir
Tras la iglesia de San Pablo
En aquel cielo donde llora la hierba
Y cantan los cerrojos la próxima liberación
Aquel, hoy destronado
Que sueña con la lluvia
De labios de un poeta
Sentado en una roca,
Llora, y llora
Por el desaparecido por la carretera,
En la niebla, siempre maldita,
Por la multitud de un sólo rostro
Que dios escupe al soñar”
¡JAY!
“escupido en la frente”
Es el fuego y la niebla
He fornicado, he deseado a mis enemigas,
He abierto las piernas de la virgen
He aquí, he allá, todo, todo:
la Naturaleza, está viva


Tristán e Isolda,
Salvador Dalí

(del libro: Lengua de fuego)

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